En el verano se enmarca el periodo vacacional escolar más largo. Por ello es de vital importancia tratar esta cuestión cuando una familia se encuentra en un proceso de mediación familiar.
Es un hecho que la distribución de los tiempos en el periodo estival, traiga consigo momentos de desacuerdo y conflictividad. No obstante existen otro tipo de dificultades más allá de la configuración y diseño de las vacaciones y la necesidad de llegar a un acuerdo entre los padres para su reparto, y nos referimos a cómo cada progenitor afronta el periodo vacacional que le corresponde con los/as hijos/as.
Generalmente, las vacaciones de verano, son días muy esperados por los padres y madres separados, especialmente por aquellos/as que no tienen la custodia. Estos padres y madres albergan altas expectativas, como que los hijos pasen las mejores vacaciones y/o disfrutar al máximo del tiempo. Hacer grandes planes, programar muchas actividades lúdicas y plantearse no tener conflictos con los hijos, suelen ser premisas con las que algunos padres y madres afrontan los días de vacaciones. Sin embargo, las imprevisibilidad de las reacciones de los hijos/as, la variedad de sus comportamientos según la etapa vital en la que se encuentren y los contratiempos inesperados que pueden ocurrir, son algunas de las circunstancias que pueden dar lugar a conflictos con los hijos/as y a sentimientos de frustración y desesperación en padres y madres.
Muchos de ellos/as, generalmente los no custodios esperan con impaciencia el momento de las vacaciones y las premisas arriba señaladas pueden llegar a ser una importante presión.
El estilo de afrontamiento que desarrollen los progenitores ante las vacaciones y ante la variedad de situaciones que se pueden dar durante éstas, determinará el éxito, el aprovechamiento y la calidad del tiempo compartido. En definitiva, saber cómo gestionar las acontecimientos sobrevenidos, los contratiempos, el comportamiento de los hijos/as, así como el manejo de la propia ansiedad del progenitor/a derivada del deseo de cumplir las expectativas, serán aspectos que favorezcan un mejor desarrollo y un mayor disfrute del periodo vacacional y doten a la relación paterno-filial de elementos positivos.
A continuación, os ofrecemos algunas pautas que os podrán ayudar en las vacaciones con vuestros/as hijo/as.
-No te fijes desde un principio grandes expectativas. Intenta ser realista y ajústate a las edades, capacidades y aficiones de tus hijos/as.
-Acepta que no todo va a salir perfecto, que quizás haga mal tiempo, que el hotel no sea como tú esperabas y/o que uno de tus hijos/as enferme.
-No te obligues a disfrutar ni obligues a tus hijos/as a ello. Hay momentos en que los niño/as se aburren y/o se cansan. En este sentido, es importante no reprocharles ni recordarles la obligación de pasarlo bien ni el esfuerzo que has tenido que hacer como padre/madre para preparar y costear las vacaciones. Es muy posible que los niños/as no lo entiendan y asuman una responsabilidad que en realidad no es suya.
-No alterar sus rutinas básicas y no dejar de establecer normas, por el hecho de estar en vacaciones, puesto que no haremos otra cosa que confundir a los/as niños/as y dificultar su adaptación al medio habitual después de las vacaciones (casa, colegio…).
-No entender ni contemplar las vacaciones como una herramienta más para competir con el otro progenitor, ya que será una presión añadida para ti y percibida por los/as hijos/as
Felices vacaciones.
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