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LA SUPERVISIÓN EN MEDIACIÓN

En Mediación, como en otras disciplinas, es fundamental el trabajo en equipo, por ello la supervisión de casos se ha convertido en una garantía más para ofrecer un mejor servicio a los clientes.

La supervisión de la actividad profesional se asume como algo habitual en ámbitos como el de la psicología, la medicina o el trabajo social. Se contempla como necesaria cuando el quehacer cotidiano nos coloca ante dilemas que dificultan la toma de decisiones, y en general el curso de la intervención.

La mediación, en todas sus vertientes, sigue siendo una disciplina incipiente, no obstante también se considera una actividad que necesita de una red de apoyo profesional que aumente la calidad de la experiencia práctica. El carácter reflexivo y relacional de la Mediación Familiar, generará al igual que en terapia, un “espacio intermedio” (Phillipe Caille. “Uno más uno son tres. La pareja revelada a sí misma”. Ed Paidós.) entre los mediados y el profesional, en el que es inevitable la creación de un clima de recursividad1 y reciprocidad que puede dar lugar, entre otras, a resonancias personales en el mediador, que interfieran en el proceso. Somos humanos y trabajamos con humanos. Esa es la clave que nunca debemos olvidar. Aceptar que nuestra experiencia personal jugará un papel en la mediación, es básico para ejercer con responsabilidad; lo siguiente será decidir de qué poder dotamos a esa parte nuestra, a esa voz en off que no calla en sesión.

La supervisión de la mediación favorece la generación de un espacio creativo y de confianza que promueve la reflexión y el autoconocimiento. Ha de ser entendido como un contexto de seguridad y no de cuestionamiento, que busca proteger al profesional y al cliente de situaciones de transferencia y contra-transferencia2, así como del conocido burnt-out3.

La supervisión es una herramienta más del profesional que va más allá de la eficiencia o de la suficiencia de un trabajo correcto, dota a la experiencia profesional de un carácter de relevancia y excelencia. Tiene un carácter dinámico y educativo, basado en las experiencias profesionales y en el mutuo aprendizaje de los participantes, a través de un diálogo colectivo, permanente y fluido.

Las supervisiones se pueden hacer en grupo o a nivel individual y consisten en la exposición de casos de mediación que, como profesionales, nos supongan alguna dificultad o resistencia (estancamiento del proceso,” ¿por dónde tiro ahora”?, triangulación, alianza con uno de los mediados, agotamiento, etc.). El objetivo es escuchar la opinión técnica de otros profesionales acerca del caso expuesto y extraer un aprendizaje que además, sirva al resto del grupo.

Sin duda es una experiencia enriquecedora que asegura una mayor calidad en el trabajo. MediaSi entiende la supervisión como un elemento esencial y una garantía más de un servicio de calidad que cuida y protege la práctica profesional, a los mediados y al mediador/a.


 

1 Causalidad circular, retroalimentación.

2  La transferencia es un proceso inconsciente por el que el usuario/a transfiere emociones, sentimientos o pulsiones, positivas o negativas, al profesional que puede reaccionar a través de la contra-

transferencia, La contratransferencia sería el conjunto de actitudes, sentimientos y pensamientos que experimenta el terapeuta en relación con el paciente.

3 desgaste, agotamiento profesional.

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