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DIVORCIO Y ECONOMÍA FAMILIAR

Cuando una pareja se separa, se enfrenta a numerosos cambios y a la necesidad de reorganizar la nueva vida sin el otro/a. Una de estas esferas es la económica, sobretodo cuando la pareja tiene hijos y/o patrimonio.

Uno de los temas más arduos a tratar en un proceso de mediación familiar es sin duda, la cuestión económica y patrimonial de la familia.

Trabajar sobre esta área con tiempo, voluntad y ayuda es vital, pues la reestructuración del nuevo orden familiar, también pasa por reorganizar los gastos y los ingresos de cada uno de los miembros.

La pareja ha de ser consciente de que la gestión de la economía familiar tiene que adaptarse a la nueva realidad. A continuación analizamos algunos de los aspectos más relevantes en el proceso de reorganización económica de la nueva familia.

  • El hecho de necesitar una segunda vivienda para el cónyuge que no va a permanecer en el domicilio familiar, es algo bastante frecuente, y a tener en cuenta a la hora de decidir cómo se va a dar cobertura a esa necesidad.
  • Todo lo relativo a los menores: necesidades básicas, educativas, sanitarias, de ocio, actividades extraescolares, etc. Ambos progenitores, en base a sus ingresos, deberán hacer frente a estos gastos, intentando mantener la misma dinámica de vida que tenían sus hijos antes de la separación.
  • Propiedades muebles e inmuebles de la pareja (viviendas, vehículos, etc.) Es importante decidir qué se va hacer con ellas, venderlas, arrendarlas, conservarlas…y definir, en los dos últimos casos, cómo se van a mantener y que participación tendrá cada uno de los cónyuges en los gastos derivados de su mantenimiento.
  • Préstamos, seguros, sociedades, u otras responsabilidades que la pareja tuviera antes de la separación, también serán objeto de análisis y decisión; es decir, será necesario determinar qué es lo que va a suceder con estas contrataciones y en caso de conservarlas, acordar cómo se van a costear.

De lo que se trata a grandes rasgos, es de analizar conjuntamente y, en base a las necesidades que tenía la unidad familiar en el pasado, (previamente a la separación), las áreas que hay que seguir cubriendo y qué nuevas condiciones han surgido tras la separación. Para lo cual y, en sesión de mediación, se insta a las partes a hacer un trabajo individual que luego se pondrá en común ante el/la mediador/a. Este trabajo personal, consistirá en un exhaustivo análisis de la economía familiar previa y ulterior a la separación. En definitiva, lo que se intenta es visualizar y comprender cómo se cubrían las necesidades pasadas de la familia y llegar a un acuerdo acerca de cómo se van a solventar en el futuro. En realidad, es un trabajo personal y conjunto de revisión y previsión que requiere, predisposición, empatía y altas dosis de cooperación.

Como es lógico pensar, este tipo de sesiones se encuentran en una fase tardía del proceso de mediación pues serían improductivas y significativamente frustrantes si se programasen en los comienzos, momentos en los que la relación entre las partes suele estar más enfrentada que, centrada en los intereses familiares y en la cooperación como enfoque de trabajo. Es decir, la complejidad de este tipo de materias (económicas y patrimoniales), necesitan de un trabajo previo y profundo con los mediados, orientado al reconocimiento de emociones y a la aceptación de la nueva realidad familiar.

Comment (1)

  • pegatinas personalizadas 21 abril, 2015 - 7:12 Reply

    Muy chula esta entrada, aprovecho para felicitaros por
    esta página, que os he encontrado por internet y me
    parecen todos los contenidos muy interesantes =)

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