Como todos los años la celebración del Día del Padre se convierte en un día especial, principalmente para los más pequeños de la casa. En este tipo de días, se refuerzan los lazos paterno-filiales y se estimula la unión familiar, pues por lo menos en este país, es un día que se pasa en familia, reuniendo incluso a varias generaciones.
La celebración de este día es diferente para los padres separados y sus hijos, dándose varias posibilidades; Una de ellas, la que más agravio origina tanto a padres como a hijos, es cuando persiste una relación de conflicto entre padre y madre, por lo que la negociación de los tiempos compartidos es compleja y/o frecuentemente inexistente. En separaciones o divorcios conflictivos, se suele acudir a la vía judicial, donde un juez determina la custodia y los tiempos con el progenitor no custodio. Las sentencias en estos procedimientos a veces no prevén este día para que el menor lo pase con su padre.
Cuando el proceso de separación/divorcio se lleva a los tribunales, el papel de los abogados es fundamental, pues ellos serán los encargados de negociar las condiciones de la nueva realidad familiar, en nombre de sus clientes. Cada vez con mayor frecuencia y gracias al crecimiento de la mediación, hay más profesionales del Derecho formados en técnicas de conciliación y mediación, por lo que las negociaciones entre los abogados de cada progenitor, persiguen acuerdos más consensuados, contemplándose días especiales como el de de hoy, para que el menor lo pase con su padre, que generalmente es el progenitor no custodio.
Sin embargo, la mayor expresión de consenso, colaboración y negociación, es sin duda la Mediación Familiar, alternativa que únicamente requiere la voluntad de las partes y la ayuda de un mediador/a. Es ésta la opción que más protagonismo da a los padres para la toma de decisiones y el logro de acuerdos. A lo largo del proceso de mediación, se favorecen actitudes como el reconocimiento mutuo de las de emociones, la empatía y la colaboración, aspectos que fomentan una co-parentalidad positiva.
En las sesiones de mediación, en concreto en las orientadas a la estructuración de los tiempos con los hijos, se contemplan, entre otros aspectos, los eventos especiales, entre los que destacamos, el Día del Padre, el Día de la Madre, los cumpleaños de ambos progenitores y abuelos, etc. La Mediación parte de la base de que una separación es una circunstancia devastadora para la familia; todo cambia y reestructurar la realidad familiar es necesario, no olvidando que después de la separación o el divorcio hay que seguir siendo padre y madre y cuanto más llano sea el camino de la parentalidad, mejor pronóstico habrá para el desarrollo evolutivo de los hijos.
La implantación y la generalización de la Mediación Familiar permite, como ya venimos diciendo, desjudicializar las separaciones y los divorcios, favoreciendo que las partes, como protagonistas de su historia pasada, presente y futura, puedan pactar y consensuar nuevas condiciones para reinventar la vida familiar.
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